Una noche de insomnio, uñas comidas, sobrecitos de tila… nada me hacía efecto.
Solo sentía un nudo de nervios subir y bajar del estómago a la garganta y viceversa…
Mañana será el “peor” día de mi vida… debo dar una conferencia delante de un número desconocido de personas.
¿Me preguntarán muchas cosas al terminar?, ¿tartamudearé mucho?, ¿hablaré con una excesiva rapidez que nadie me entenderá?... cuantas preguntas por mi cabeza, todas sin respuestas.
Creo que escribir todas mis sensaciones que ahora mismo transcurre por mi cuerpo, me ayudará a tranquilizarme.
Mañana a las seis de la tarde, estaré subida en el escenario, con mis diapositivas sobre la Psico-oncología tras mi espalda, y con un montón de papeles en la mano para que no se me olvide mencionar nada.
A las seis y cuarto, habré terminado de dar mi charla. Esperaré cinco largos minutos, con los dedos cruzados para que nadie me suelte ninguna pregunta disparatada, de esas que tú dices ¿y ahora que contesto?, y sin esperar ni un minuto más, bajaré corriendo los escalones y me sentaré.
Respiré, respiro y respiraré… en cada momento intentaré tranquilizarme… ¿lo conseguiré?
martes, 19 de enero de 2010
lunes, 4 de enero de 2010
Mil CoLOreeeS!!
Cerré los ojos, quise imaginarme un mundo en el que jamás viviré.
El amor rebosaba a borbotones de aquel río azul que mojaba aquellas rosas rojas con puntiagudas espinas marrones y llenas de hojas verdes.
Nada más entrar se podía percibir un manto transparente de paz con palomas blancas revoloteando por aquel cielo anaranjado a causa del amanecer.
A mi izquierda encontraba un montón de hojas secas que el viento grisáceo se llevaba sin reparo ninguno, todo aquello que el tiempo había echado a perder desaparecía en cuestión de segundos.
A mi derecha me topé con una alfombra amarilla, era el reflejo del sol en un charco de agua cristalina, mi rostro se reflejaba en él como si fuera un espejo reluciente. Podía ver mis mofletes rosados, mis ojos verdosos y mis labios carnosos, con mi melena suelta dando bandazos de un lado al otro.
Al fondo se veía un túnel por el cual trepaban enredaderas con rosas de colores y lo cubría un arcoíris con colores alegres, rojo, naranja, azul, verde, violeta, amarillo…
Atravesé el túnel y con eso abrí los ojos, todo se volvió negro, gris y blanco… no existen más colores para mí en este mundo…
-> ¡Todo lo bueno dura poco!
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