Una noche de insomnio, uñas comidas, sobrecitos de tila… nada me hacía efecto.
Solo sentía un nudo de nervios subir y bajar del estómago a la garganta y viceversa…
Mañana será el “peor” día de mi vida… debo dar una conferencia delante de un número desconocido de personas.
¿Me preguntarán muchas cosas al terminar?, ¿tartamudearé mucho?, ¿hablaré con una excesiva rapidez que nadie me entenderá?... cuantas preguntas por mi cabeza, todas sin respuestas.
Creo que escribir todas mis sensaciones que ahora mismo transcurre por mi cuerpo, me ayudará a tranquilizarme.
Mañana a las seis de la tarde, estaré subida en el escenario, con mis diapositivas sobre la Psico-oncología tras mi espalda, y con un montón de papeles en la mano para que no se me olvide mencionar nada.
A las seis y cuarto, habré terminado de dar mi charla. Esperaré cinco largos minutos, con los dedos cruzados para que nadie me suelte ninguna pregunta disparatada, de esas que tú dices ¿y ahora que contesto?, y sin esperar ni un minuto más, bajaré corriendo los escalones y me sentaré.
Respiré, respiro y respiraré… en cada momento intentaré tranquilizarme… ¿lo conseguiré?
martes, 19 de enero de 2010
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1 comentarios:
Suerte!!
Y por las preguntas, no te preocupes, siempre suelen ser de lo que has hablado, de algo que no les habrá quedado claro ...
Seguro que lo haces bien :)
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